La guerra, ¿contra quién es?

La falta de información sobre el coronavirus, la desesperación y preocupación de una sociedad que por momentos no toma dimensión de lo que ocurre, suman trabajo a los verdaderos héroes en medio de este caos.

A lo largo de toda su historia y desde el primer minuto en el que Ramírez de Velazco pisó este suelo, el riojano ha sido testigo y protagonista de distintos hechos que pasaron a lo largo de la historia y que la mayoría recordamos con orgullo aunque existen fenómenos de distintos ámbitos como el político, social o cultural que impactan, no tanto por la profundidad, sino por la velocidad que van ocurriendo.

El contexto actual es el claro ejemplo de ello. Una enfermedad poco conocida que hasta el momento no tiene cura y que nos ubica a todos en un momento bisagra en varias generaciones. Todos somos protagonistas, la gran mayoría desde el confort del hogar, otros, desde el campo de batalla.

En esta especie de guerra librada contra la enfermedad, los ciudadanos somos el último eslabón de la cadena, muchos otros en el medio, y la primera fila de la batalla es encabezada por médic@s y enfermer@s.

El primer caso en La Rioja desencadenó una catarata de comentarios y hasta cuestionamientos sin sentido, más allá de las recomendaciones públicamente conocidas y el anticipo de las autoridades locales sobre el avance de la pandemia. La doctora Liliana Ruiz, una destacada y querida profesional de la Salud, fue la primera víctima.

El impacto de la noticia desde el primer minuto causó una conmoción absoluta y esto dio pie al oportunismo, las versiones malintencionadas y la falta de responsabilidad de muchos que compartieron textos, imágenes o audios con datos totalmente falsos. En síntesis, lo últimamente denominado "fake news", es decir, noticias falseadas creadas como si fuesen reales con la intención de desinformar. 

Este martes, teorías infundadas buscaban quebrantar la fortaleza de profesionales lastimados ante la pérdida de una colega. Esto no fue suficiente. Los trabajadores que llegan día tras día a sus hogares para enfrentarse a las salas de emergencia respiraron hondo y continuaron asistiendo a la ciudadanía que los requería.

Es que las personas más necesarias para combatir al coronavirus no pueden dar un paso al costado. No lo dice la recomendación de un sabio, tampoco un libro entre tantos leídos en la universidad, sino la escencia misma que sólo ellos sienten internamente y que va más allá de turnos de 16 horas o salarios que ni siquiera se acercan a la canasta básica de alimentos.

Mañana o la próxima semana, seguramente habrá un nuevo infectado en la provincia y cada día, este paciente será cuidado por un trabajador de la Salud, arriesgando su vida, dejando de lado a su familia pero con la premisa de que el paciente se recupere al 100% para retomar su vida con total normalidad. 

Las redes sociales y los medios de comunicación fueron inundados con mensajes de distintos tipos este martes. Es difícil recordar un suceso de esta magnitud, pero quienes seguirán dejando una huella imborrable pase lo que pase, son los médic@s y enfermer@s quienes ya son catalogados en el mundo entero como "los grandes héroes".